“El color de las palabras”
es la tercera parte de un proyecto colectivo organizado por la Escuela Municipal de Arte de Fuensalida,
realizado con anterioridad en 2003-2004 y en 2009-2010.
En
él varios artistas ilustran poesías de Mario
Fournier, utilizando diversas técnicas como óleo y pintura acrílica,
pastel, collage, dibujo en tinta y en lápiz, fotomontaje digital o técnicas
mixtas.
El
propósito del proyecto ha sido y es unir poesías e imágenes, palabras y
colores, ideas y sentimientos, libertad creativa e imaginación.
Todo
lo señalado se puede apreciar y disfrutar en la variedad de estilos y
resultados expresivos y estéticos del conjunto.
LLUVIA
– I
Llueve
para que la tarde
de
este simple domingo
se
adormezca, lenta, quieta;
para
que por las hojas brillantes
se
deslicen gotas perezosas
entre
la nube de paso
y
la tierra complacida y blanda.
Llueve
una música tenue
que
relaja las manos,
demora
las palabras
y
apacigua los impulsos.
Llueve
un color a infancia,
a
montaña y rio tumultuoso,
a
modorra de siesta,
a
humo, ranas y eucaliptos,
senderos
de piedra, silencio:
llueve.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Suave piel de león”, 2010
"Lluvia - I"
Mercedes Ballesteros Fernández
óleo sobre lienzo
Mercedes Ballesteros Fernández
óleo sobre lienzo
Unos
papeles giran y se alejan,
se
alejan y vuelven a girar
en
sentido contrario,
y
se arremolinan
y
vuelven a girar y se elevan
y
se amontonan
y
se dispersan,
hasta
que las ruedas de un coche
los
aprisionan por un instante,
para
volver a elevarse
y
a girar hasta reencontrarse
en
su vertiginosa danza.
El
asfalto es el escenario impasible,
yo
el espectador,
ellos
el ritmo.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Mientras espero”, 2013
"Unos papeles giran y se alejan..."
Mercedes Ballesteros Fernández
lápiz y óleo sobre lienzo
Mercedes Ballesteros Fernández
lápiz y óleo sobre lienzo
Imaginar
es un instinto
que
se desliza por la sangre,
que
respira debajo de la piel y decide.
A
veces queda varado en rincones sombríos
y
se acobarda en presagios inútiles.
En
ocasiones, se entrega a la libertad
de
sus ritmos profundos y fluye,
sin
límites, sin temores,
ignorando
márgenes y razones.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Mientras espero”, 2013
"Imaginar es un instinto..."
Pedro Carchenilla Gómez
lápiz de color y témpera sobre papel
Pedro Carchenilla Gómez
lápiz de color y témpera sobre papel
Muchas
veces,
cuando
se desvanece el día
en
resplandores que parecen festejar
su
partida,
me
abruma la congoja
de
no haber vivido intensamente
ese
fragmento de tiempo
que
no volverá,
que
tal vez no he comprendido
más
allá de los relojes.
¿Cuánto
he amado?,
¿qué
he dado?,
¿se
ha conmovido mi piel?,
¿ha
palpitado mi cuerpo?,
¿qué
he creado?,
¿mis
sentidos han disfrutado de algo
con
plenitud?,
¿he
percibido la realidad?,
¿y
lo sutil, lo inmaterial?
Cuando
se desvanece el día,
despido
con nostalgia
los
últimos reflejos
que
no volverán,
y
me arrepiento por todo lo anhelado,
por
lo imaginado, por lo deseado
que
tal vez no he vivido.
MARIO
FOURNIER
2016
"Muchas veces..."
María Pilar Currás
lápiz de color sobre papel
María Pilar Currás
lápiz de color sobre papel
Es
posible naufragar en seco,
en
una marea de polvo mesetario,
entre
cuatro chopos extenuados
y
un resto de sudor que se evapora
bajo
el sol hospitalario del infierno.
También
hay náufragos de nubes,
eternamente
errantes en el aire,
resignados
a las piruetas caprichosas
que
ensombrecen la tierra
o
destruyen la cola de un cometa.
Y
hay náufragos de tinieblas,
de
paredes adentro, sin ventanas,
con
todas las rendijas clausuradas,
agobiados
de fantasmas y soberbia.
Y
naufraga la luna cada noche,
y
naufraga la voz que se despide,
y
naufraga la memoria que se engaña,
y
naufragan el amor, las ilusiones;
el
ideal naufraga, irremediable,
condenado
a hundirse lentamente.
Todos
náufragos
en
un planeta agonizante,
donde
muchos ilusos aún pretenden
sobrevivir
de una brazada.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “La nube derrotada”, 1996
"Es posible naufragar en seco..."
María Pilar Currás
lápiz de color sobre papel
María Pilar Currás
lápiz de color sobre papel
MARZO
– V
Aromas
que se elevan
húmedos,
penetrantes,
inesperados
en
tierras agobiadas
por
fanáticos soles
que
todo lo disecan.
Planicies
suavizadas
que
flotan en un aire
saturado
de vida.
Nubes
reverberando
y
el día que termina
detrás
de un monte oscuro.
Arriba,
la luz se desintegra
en
aisladas señales
que
indican el sendero.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Suave piel de león”, 2010
"Marzo - V"
María Rosa del Casar Díaz
técnica mixta sobre lienzo
María Rosa del Casar Díaz
técnica mixta sobre lienzo
Lo
que vendrá
será
siempre imprevisible.
Aunque
pretendamos saber,
aunque
pretendamos intuir
y
nos engañemos suponiendo.
Porque
lo que vendrá no existe,
se
gesta a nuestra espalda,
en
otros territorios,
no
cuenta con nosotros.
MARIO
FOURNIER
2017
"Lo que vendrá..."
Rosa Díaz García
collage sobre papel
Rosa Díaz García
collage sobre papel
Es
placentero estar aquí,
suspendido
en la nada,
divagando
frente a un cielo impecable
que
recorta los árboles
de
esta tarde lenta.
Las
hojas se estremecen,
brevemente,
al paso de una brisa
tan
serena como yo
en
este preciso momento.
Y
me dejo mecer por la nada,
y
floto en un vacío sin ideas,
sin
palabras, sin proyectos.
El
tiempo no me inquieta.
La
aceptación de la vida
es
contagiosa, confortable.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Mientras espero”, 2013
"Es placentero estar aquí..."
Mario Fournier
collage sobre papel
Mario Fournier
collage sobre papel
Aquel
azul
hondo
y secreto,
se
acurrucaba en su luz,
oculto,
transparente,
habitado
de eternidades
y
silencios.
Aquel
azul
que
no reflejaba
cielo
alguno,
suele
regresar
desde
el fondo
de
su curso helado.
Entonces,
aquel azul
renueva
mi memoria
con
sus resplandores,
estremece
mi alma
y
se desvanece,
frágil
y callado.
Temo
que aquel azul
pueda
extinguirse
vencido
por la insensatez
que
destruye los azules.
MARIO
FOURNIER
2017
"Aquel azul..." - I
María del Mar García-Largo
acrílico y óleo sobre lienzo
"Aquel azul..." - II
María del Mar García-Largo
acrílico y óleo sobre lienzo
"Aquel azul..." - II
María del Mar García-Largo
acrílico y óleo sobre lienzo
"Aquel azul..." - IV
María del Mar García-Largo
acrílico y óleo sobre lienzo
MARZO
– II
Dos tulipanes
sólo
dos, solos,
aún
teñidos de invierno,
se
atreven.
Extraños
en este lado
de
brillos engañosos
que
fatalmente
conducen
a la muerte,
no
saben temer
y
nacen arrogantes
a
la efímera eternidad
de
la belleza.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Suave piel de león”, 2010
La
gente de este paseo es extraña,
deambula
sin urgencias, sin planes.
Van
y vienen lentamente,
se
iluminan con el sol
que
filtra la arboleda.
Llevan
las bocas relajadas,
las
manos leves,
no
parecen conocer la crispación
y
al menos, por un instante,
sienten
el curso natural
de
la vida.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Mientras espero”, 2013
Conozco
estos árboles interiores
que
atraen el sol y las sombras
para
reflejar dibujos caprichosos.
Y
conozco también este espacio,
antesala
de un cielo impuesto
que
comienza o que se acaba,
siempre
con incertidumbre,
pues
nada es definitivo ni seguro.
Sólo
en nuestra ilusoria imaginación,
en
la inexplicable y empecinada fe
que
a veces suele confortarnos.
Con
el rítmico paso de las horas
las
sombras y las luces se modifican
sin
que esto signifique algo especial.
Y
nosotros esperamos, una vez más,
lo
que comenzará o se acabará
en
cualquier momento, sin anunciarse.
Será
cuestión de aceptar el bien o el mal
como
hechos ineludibles, relajarse,
dejarse
llevar, dejarse conducir.
Este
tiempo pasará, sin dudas,
y
otros días vendrán, obedientes,
monótonos,
mecánicos, sólo diferentes
si
decidimos imaginarlos diferentes
y
nos empeñamos en construir
nuevas
historias de vida.
MARIO
FOURNIER
2017
EN
EL JARDÍN – III
Las
rosas se suicidan
hartas
de rimas cursis,
romances
pegajosos
y
aniversarios rutinarios.
Se
suicidan sin pena
y
sin dolor.
Se
liberan de vasos y jarrones,
de
los malos pintores
y
las odiosas gotas de rocío;
de
adornar los salones,
presenciar
nacimientos,
bodas
y ataúdes;
de
ser las más olidas
y
las más manoseadas
y
las más cultivadas
y
las más injertadas;
de
ser las más hastiadas
del
planeta.
Y
anhelan reencarnarse
en
anónimas flores de geranio
o
en simples margaritas indolentes.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Suave piel de león”, 2010
VOLVER
A CASA
Volver
a las rutinas cotidianas.
Volver
al reencuentro de los pasos
que
saben de renuncias y esperanzas,
y
convivir otra vez con las palabras,
los
sonidos y todos los silencios
que
se quedaron esperándonos
aferrados
a las paredes solitarias.
Volver
a las puertas desoladas
que
reclaman al menos una mano,
y
a las ociosas y frías cacerolas
que
anhelan el bullir de los olores.
Volver
a repetir simples rituales
y
a percibir perfumes que evocamos,
y
un botón sin ojal que lo cobije
yaciendo
en el rincón más ignorado.
Volver
al hogar que nos protege
de
los tumultos y las inútiles urgencias.
Volver
al interior que construimos
con
la fe de abrir los ojos cada día,
abrazados
a esa almohada cómplice
que
tanto sabe y calla de nosotros.
Volver
donde quedamos detenidos
a
la hora justa de un tiempo inexistente.
Volver
a la dosis necesaria
de
la seguridad de los espejos,
de
los objetos que nos reconocen:
el
rojo de una taza imprescindible
puede
reconfortarnos la mañana.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Suave piel de león”, 2010
"Volver a casa" - I
Concha Mora Villapalos
pastel y lápiz de color sobre papel
"Volver a casa" - II
Concha Mora Villapalos
pastel y lápiz de color sobre papel
Un
verde de reflejos húmedos,
matizado
y continuo,
envuelve
la mañana,
sujeta
los muros,
asciende
hacia las nubes.
No
hay indicios de tierra.
El
canto de los pájaros,
el
tintinear de cencerros,
el
ritmo pausado del mar,
todo
yace plácidamente
sumergido
en el verde,
que
se hace trama sobre el verde
y
lo invade todo
con
silenciosa tenacidad.
Después
el mar se agrisa,
se
acurruca la tarde,
y
el inmutable verde sigue intacto
reflejando
humedades.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Mientras espero”, 2013
"Un verde de reflejos húmedos..." - I
Rubén Pecorari
fotomontaje digital sobre papel
"Un verde de reflejos húmedos..." - II
Rubén Pecorari
fotomontaje digital sobre papel
DOS
– I
Brilla
en la oscuridad
cincelado
con sangre.
Parece
que respira
cuando
late con ansias
buscando
la mitad
que
lo recibe,
que
lo incita y lo atrae,
que
acelera la sangre
y
los latidos.
Se
detiene y avanza,
se
deja envolver
y
es contenido,
y
se estremece y busca
cuando
late con ansias.
Y
avanza y se detiene.
Y
avanza y se estremece
y
busca una vez más
el
límite final
que
se aproxima.
Y
otra vez se detiene
para
latir con ansias
y
vislumbrar la cima.
Para
dejarse penetrar
por
el vacío inevitable.
Para
aceptar la soledad.
Y
avanza sin retorno
cuando
la oscuridad toda
parece
derramarse
en
un grito de sangre.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Suave piel de león”, 2010
Con
demasiada frecuencia
espero
sus palabras,
cuando
ya no quiero esperar nada
demasiado,
cuando
ya no quiero
que
los sentimientos me conduzcan
a
la decepción,
al
triste recurso del olvido.
Sus
palabras se dibujan breves,
espaciadas,
lentas,
reprimidas
a veces, intensas otras.
Casi
siempre cálidas,
o
es que mi imaginación inventa
quimeras
de amistad.
Con
demasiada frecuencia
no
llegan sus palabras,
mientras
intento aprender
a
no esperar nada demasiado.
MARIO
FOURNIER
Del
libro “Mientras espero”, 2013
"Con demasiada frecuencia..." - I
Pilar Rodríguez Fernández
óleo sobre lienzo
"Con demasiada frecuencia..." - II
Pilar Rodríguez Fernández
tinta y lápiz de color sobre papel
"Con demasiada frecuencia..." - III
Pilar Rodríguez Fernández
collage sobre papel
"Con demasiada frecuencia..." - I
Pilar Rodríguez Fernández
óleo sobre lienzo
"Con demasiada frecuencia..." - II
Pilar Rodríguez Fernández
tinta y lápiz de color sobre papel
"Con demasiada frecuencia..." - III
Pilar Rodríguez Fernández
collage sobre papel
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